Algunos pavimentos no favorecen la propagación de bacterias, moho y hongos, siempre y cuando se utilicen productos específicos. La cerámica, en cambio, no facilita la proliferación de bacterias, moho y hongos.
La salubridad de los ambientes es un factor esencial que define la calidad de vida. Para conseguirla, es fundamental elegir superficies donde sea difícil que la suciedad anide, o que sean fáciles y rápidas de limpiar.
La presencia de bacterias, moho y hongos, que se forman en ambientes húmedos sobre superficies que permiten su desarrollo, es un factor negativo para la salud. La cerámica se puede limpiar fácil y eficazmente con detergentes domésticos normales y su superficie inerte no facilita la proliferación de hongos, mohos y bacterias.