Algunos pavimentos resisten al desgaste y son duraderos, siempre y cuando se sustituyan frecuentemente. La cerámica, en cambio, no contiene plástico y es duradera
¿Cuántas veces, al mirar un suelo a contra la luz, ha notado señales, rayas o pequeños agujeros, tal vez causados por tacones o por mover muebles, que dañan irreversiblemente la superficie, dándole una apariencia vieja y desgastada?
¿Y cuántas veces, para resolver este problema estético, pensaste que la única solución era reemplazar el pavimento? Con la cerámica, todo esto no sucede, porque es uno de los materiales que dura más tiempo. Cuando se cambia la cerámica, la mayoría de las veces no se hace porque esté desgastada, sino porque se ha encontrado una más bonita o que encaja más con nuestro estilo.