Un fuego no controlado tiene dos consecuencias negativas: destruye las cosas con las que entra en contacto y, libera humo y sustancias tóxicas derivadas del proceso de combustión.
La cerámica no se quema: es uno de los pocos materiales que, incluso en contacto directo con las llamas, no se quema, derrite, ni libera ninguna sustancia.
La cerámica es un material inerte e incombustible, creado a partir de arcilla, y a través de un proceso térmico de 1250 grados, se transforma en un material con una alta resistencia mecánica y química, inalterable al paso del tiempo.
Hay que tener en cuenta que el plástico (o derivados del pvc) al quemarse liberan dioxinas e hidrocarburos aromáticos policíclicos, sustancias que son particularmente dañinas para la salud de las personas. Incluso la madera, material natural por excelencia, cuando se quema emite dióxido de carbono, uno de los principales factores alteradores del clima que tiene un impacto directo en el efecto invernadero de nuestro planeta.