La cerámica no se deforma, no se congela y no se ve afectada por los cambios bruscos de temperatura. Resiste perfectamente a los detergentes químicos más agresivos y se puede utilizar en cualquier lugar, incluso en las fachadas de los edificios, mejorando su estética y garantizando el aislamiento térmico y la protección contra los agentes atmosféricos.
Un suelo de cerámica es resistente y duradero siendo la opción ideal si está pensando en renovar el pavimento interior o exterior de su hogar.